martes, 8 de agosto de 2017

Sin principio ni final

La gente me pregunta: “¿Por qué es esta vida tan misteriosa?”. ¿Cómo voy a saberlo? ¡Es así! Es simplemente un hecho, No estoy hablando de teorías, no estoy diciendo que mi teoría sea que la vida es misteriosa. Si fuera así, entonces podrías preguntar por qué. Simplemente es así. Los árboles son verdes… tú preguntas por qué. Los árboles son verdes porque son verdes. No hay un por qué. Si preguntas el por qué y tu pregunta fuera contestada, entonces la vida no será un misterio, Si el por qué puede ser contestado, entonces la vida no es un misterio. La vida es un misterio porque ningún por qué es importante. Oí una vez… Mulá Nasrudín le estaba diciendo a uno de sus discípulos que la vida es como una mujer, Yo me quedé sorprendido, así que me puse a escuchar con atención lo que estaba diciendo. Él decía: “El hombre que dice que comprende a las mujeres está fanfarroneando. El hombre que piensa que las entiende es un ingenuo. El hombre que pretende que las entiende, miente. El hombre que quiere entenderlas, es un iluso. Por otra parte, el hombre que dice que no las entiende, que no cree entenderlas, que no pretende entenderlas, que ni tan sólo desea comprenderlas, ¡él las comprende!”. Y así es como también es la vida. La vida es una mujer. Trata de entender la vida y te verás envuelto en un lío. Olvídate de entenderla. Sencillamente, vívela y la entenderás. La comprensión no será intelectual, teórica. La comprensión será total. La comprensión no será verbal, sino no verbal. Eso es lo que queremos decir cuando decimos que la vida es un misterio. Puede ser vivida, pero no resuelta. Puedes saber qué es, pero no puedes decir qué es. Ése es el significado de “misterio”. Cuando decimos que la vida es un misterio, estamos diciendo que la vida no es un problema. Un problema puede ser resuelto. Un misterio es eso que no puede ser resuelto. Lleva su indisolubilidad impresa. Y es bueno que la vida no pueda ser resuelta; i no ¿qué harías? Simplemente piénsalo. Si la vida no fuera un misterio y alguien llegara y te explicara, ¿qué harías? No quedaría nada que hacer más que suicidarse. Incluso eso carecería de sentido. La vida es un misterio. Cuanto más sabes de ella, más bella es. Llega un momento en que, de repente, empiezas a vivirla, empiezas a fluir con ella. Entre tú y la vida evoluciona una relación orgásmica, pero tú no puedes imaginarte cómo es. Ésa es su belleza, ésa es su infinita profundidad. Y es verdad; no hay ni principio ni final. ¿Cómo puede haber un comienzo y un final para la vida? Un comienzo significaría que algo surgió de la nada y un final significaría que algo que estaba allí desapareció en la nada. Eso sería un misterio aún mayor. Cuando decimos que la vida no tiene principio queremos decir que la vida siempre ha estado ahí. ¿Cómo va a tener un principio? ¿Puedes trazar una línea y decir que desde ese momento la vida empezó, tal como los teólogos cristianos solían decir? Cuatro mil años antes de Cristo –dicen- la vida empezó un determinado lunes. Evidentemente ha de haber sido por la mañana, pero ¿cómo vas a decir que era un lunes si antes no había un domingo? ¿Y cómo puedes decir que era por la mañana si la noche anterior no existía? Piensa en ello. No, no puedes trazar una línea divisoria; es una tontería. No es posible trazar una línea porque incluso para trazar una línea se requiere algo. Se necesita algo que ya esté allí; si no, no se puede trazar. Puedes trazar una línea si existen dos cosas, pero si sólo existe una cosa, ¿cómo vas a marcar una línea? La valla alrededor de tu casa es posible porque tienes un vecino. Si no existiera el vecino, si no hubiera nada más allá de la valla, la valla no existiría. Piensa en ello. Si no hay absolutamente nada más allá de tu valla, tu valla desaparecerá en la nada. ¿Cómo va a poder existir? Se necesita algo más allá de la valla para sostenerla. Si la vida comenzó un determinado lunes, se necesita un domingo que le preceda; si no, el lunes se esfumará, caerá y desparecerá. Y de la misma forma no hay posibilidad alguna de un final. La vida es, la vida simplemente es, ha sido y será. Es eternidad. Y no empieces a pensar en ello. Si no te la perderás porque todo el tiempo que desperdicias pesando en eso, es pura pérdida. Emplea ese tiempo, emplea ese espacio, emplea esa energía para vivirla.

Osho.

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