domingo, 1 de junio de 2014

La risa en días tristes

Muchas veces me han preguntado qué hago cuando estoy triste, o si alguna vez siento pena. La respuesta por lo general es la misma, aunque a veces ando más ingenioso e invento mejores historias. 

L
o que cuento es simple; cuando tengo pena, lloro. Cuando estoy triste, vivo mi tristeza. Sin embargo, eso no me quita mis ganas de reír, ya que sonreír no tiene que ver con el hecho de estar alegre simplemente, sino que también está relacionado con visualizar un futuro esperanzador, o con alcanzar aquella utopía por la que se camina día a día.
Y como el ser humano es sencillamente un ser, un estado de tristeza es hermoso y sumamente real, y es grandioso poder reír de aquello y no encajar. El hecho de reír de todo a tu alrededor -por más puro que parezca-, es un simple negocio. ¿O también debemos reír cuando alguien nos tiene que enseñar cómo comportarnos en sociedad, para encajar?
Quizás existan días donde la risa no fluya de manera tan espontánea, o también hayan momentos donde broten las lágrimas y sientas esa necesidad de cerrarles el paso… pues no lo hagas, deja que fluyan. Esto porque, al final de ese río de lagrimas vienen las carcajadas, y éstas serán más puras. Jamás dudes de la sabiduría de tu cuerpo, y no le hagas caso a los manuales de felicidad. Sé la constructora o el constructor de ese propio manual.
En los talleres de risa, una de las cosas que se trabajan a través del tiempo, es justamente aprender a reír en la tristeza o con tristeza, ya que él o la participante algún día llegará con desánimo, y comprobará en carne propia este concepto.
Es un juego entre nuestra mente y nuestro cuerpo, donde uno manda señales para no reír mientras que corporalmente hacemos ejercicios para hacer lo contrario. Al realizarlos los resultados son fascinantes. Es hermoso como nuestro cuerpo y alma integra el Todo.
La tristeza y la risa no van separadas; muchos seres risueños somos personas sumamente tristes. La tristeza es un estado de sensibilidad muy hermosa, que te conecta a ti con tus emociones, por lo tanto no la dejes escapar. Incluso podrían ir de la mano.
Hay mucha gente que, cuando asiste a mis talleres de risa, terminan llorando en señal de liberación. Ellos se asustan y preguntan si es normal, y les comento que sí es súper normal y además hermoso… por lo que al rato están riendo otra vez y llorando, pero de la risa.
Cuando la risa te brote desde tu corazón y sea en silencio, sin palabras, lograrás identificar cuándo ríes desde la tristeza. Es una risa menos escandalosa que otras carcajadas más jocosas o cerebrales, pero sin duda, haz dado un gran paso en tu corazón para la felicidad; habrás conectado dos polos que van de la mano o en comunión, un Todo… y no sabrás cómo explicar cómo es reír en esos días de tristeza.
¡Atrévete a expresar tus emociones desde el alma!
Sitio Web : www.alexdelarisa.cl

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