miércoles, 6 de noviembre de 2013

Final de cuento



Tengo una amiga, que no veo hace diez años, ella cree que cuando hablamos por teléfono y me cuenta sus penurias de desamor yo tomo  lápiz,  papel  y me pongo a escribir lo que ella me cuenta.  Si supiera que sus historias no me interesan en lo más mínimo, si supiera que solo la escucho para poder llevármela a la cama algún día y por ultimo porque no tengo nada que hacer.
La ultima historia que me contó, fue que se había acostado con un compañero de trabajo, pero que sin embargo ella amaba a su novio y que estaba muy arrepentida, el conflicto era que si se lo contaba al cornudo o no.
Yo como buen samaritano, le aconsejaba que la verdad siempre era premiada y al final siempre se sabía, por lo que era lo mejor que podía hacer.
Ante estas alegóricas palabras, ella entraba en otro embrollo pero yo no le prestaba mucha atención,  pero siempre le proponía las cosas desde otra perspectiva,  aunque les reitero que sin saber lo que decía.- ¿Cómo el ser humano puede ser tan invecil, como para no darse cuenta que su interlocutor no se interesa para nada en él?-.
Mientras más pasaban los minutos, más me la imaginaba a mi lado, pero nunca me atrevía a decir lo que pensaba, seguro que me cortaba el teléfono y no me llamaría más. Por lo que le conté que era escritor, le propuse leer unos cuentos o poemas de desamor. Ella acepto, con lo que por fin hablamos de otra cosa que no sean de sus infidelidades.
Le leía siempre el mismo cuento, el que hablaba de un hombre enamorado que jamás conseguía su amor. Ella deseaba ser la mujer por la que el hombre enloquecía y me preguntaba si yo deseaba ser el o si era ese hombre. A lo que respondía que no era, pero que si ella era la mujer me encantaría serlo, aunque la verdad es que era una mujer demasiado histérica como para tener un amor tan idílico con ella, tenía solo un atractivo carnal, siempre me hablaba de tantos hombres que había llevado a la cama, que yo deseaba ser uno mas y no ser el único.
Las llamadas se repetían todas las noches, al igual que el cuento. Nos imaginábamos la continuación de esta historia y nos reíamos mucho inventando diferentes situaciones, las conversaciones cambiaron, ya no hablamos de moteles, ni de su novio. Hablábamos de sueños, de fantasías, de lugares que conocíamos sin haber estado. Con el tiempo, sus llamadas las esperaba, me entretenía mucho y ella ya no lloraba.
Eran diez años que no la veía. Me propuso que nos juntáramos, me dijo que se sentía sola, deseaba verme  y  abrasarme. En ese instante llego a mí un frió en todo mi cuerpo, las palabras no me fluían y el miedo se hizo dueño de mí, pero igual le dije que bueno, que a las ocho en el mismo lugar donde nos habíamos juntado por primera y única vez hace diez años. nos preguntamos como iríamos vestidos, le dije que jeans, chaleco y mochila. Ella dijo que jeans negros, chaqueta y botines, que su pelo ahora era rojizo y no negro como aquella vez, agrego que estaba nerviosa y que llevara un condón por si acaso le daban ganas. Solo atine a reír y decir que bueno, parece que el tanto escuchar tonteras por fin traerían las satisfacciones correspondientes.
Al llegar al mismo lugar que hace diez años espere a una chica vestida de negro, vi el asiento ocupado por una pareja que se besaba apasionadamente, por lo que me senté tres bancos mas allá, quede ubicado en un lugar desde el cual tenia una vista total, tanto del asiento en cuestión como de la entrada al parque. Las horas pasaron y muchas chicas de pelo rojizo entraron al lugar, todas me miraron y me saludaron, pero ninguna se sentó junto a mí. Llego el turno de cerrar el parque y ella no llego.
Al volver a casa, espere impacientemente su llamada, pero esta no llego, jamás anote su numero, por lo que nunca la pude llamar para saber porque no fue a encontrarse conmigo ese día.
Hay muchas razones por las que creo que no fue, pero ya no importan. Lo que me parece extraño si, es que ahora todas las mujeres de cabello rojizo me saludan y con ellas sueño todas las noches, aun escucho su voz pidiéndome una explicación de: ¿porque esos amantes jamás se juntan? y ¿porque ella tenia que morir justo minutos antes del encuentro?, tal como en mi cuento... que todas las noches le leía


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