domingo, 12 de octubre de 2014

La mente es un loro


Los conocimientos no sirven para mucho. Sólo ser puede convertirse en el vehículo para la otra orilla.
Puedes seguir pensando, acumulando información; pero eso son barquitos de papel; no servirán para un viaje transoceánico. Si te quedas en la orilla y sigues hablando de ellos, está bien; los barcos de papel son tan buenos como los barcos reales si nunca vas de viaje. Pero si vas de viaje con barcos de papel, te hundirás. Y las palabras no son otra cosa que barcos de papel; y, además, ni siquiera son tan substanciales como ello.
Y cuando acumulamos conocimientos, ¿qué hacemos? Nada cambia dentro. El ser permanece absolutamente ajeno.
Igual que el polvo, la información se acumula a tu alrededor; igual que el polvo que se acumula en un espejo: el espejo sigue siendo el mismo, sólo que pierde su capacidad de reflejar. Lo que sabes con la mente no cambia nada, tu consciencia sigue siendo la misma. De hecho, se hace peor, porque los conocimientos acumulados son como polvo en torno a tu consciencia reflejante; la consciencia refleja menos y menos y menos.
Cuanto más sabes, menos consciente te vuelves. Cuando estás completamente lleno de erudición, de conocimientos prestados, ya estás muerto. Entonces nada viene a ti como algo propio. Todo es prestado, como un loro.
La mente es un loro. He oído sucedió en los días de Joseph Stalin que un hombre fue a la comisaría de policía de Moscú y denunció la desaparición de su loro. Como este hombre era un comunista muy prominente, el jefe de la comisaría se informó acerca del loro, porque era importante y tenía que ser buscado. En su investigación preguntó: "¿Habla el loro?"
El comunista, el camarada, sintió un ligero miedo, y luego dijo: "Sí, habla. Pero tome nota: cualquier opinión política que tenga es completamente suya".
¿Pero cómo va a tener un loro opiniones propias? Un loro no puede tener opiniones propias, y tampoco la mente; porque la mente es un mecanismo. Un loro está más vivo que una mente. Incluso puede que un loro tenga opiniones propias, pero la mente no puede. La mente es una computadora, una biocomputadora.
Acumular nunca es original. No puede serlo. Todo lo que tienes es prestado, tomado de otros.
Sólo te vuelves original cuando trasciendes la mente. Cuando se abandonas la mente y la consciencia enfrenta la existencia directamente, con inmediatez, en contacto con la existencia momento a momento, entonces te vuelves original. Por primera vez eres auténticamente tú mismo.
Osho

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