Si la meditación se hace correctamente, siempre te da más vida, te hace más amoroso. Te da energía, pasión, vida, así que no la obstruyas. Una vez empiezas a obstruir alguna energía, se originan bloqueos. Ahora la energía está manando, así que permítelo, fluye con ella; siempre que te conduzca, confía en ella. Eso es lo que quiere decir confianza: confiar en tu energía. Si ha brotado la sed de amar, entonces muévete hacia el amor y no tengas miedo. El miedo aparecerá, porque el amor necesita de mucho coraje. Te llevará a implicarte, al compromiso y a sendas desconocidas. Es siempre el comienzo de una vida peligrosa.
Así que el miedo estará ahí, naturalmente, pero no escuches al miedo. Sumérgete en el amor a pesar de él, a cualquier costo.
Cuando el amor comienza a brotar en ti, cuando despliega su energía, ese es el momento de ser valiente, de ser osado. Acepta el riesgo; sólo entonces habrá más y más vida en ti. Si te repliegas, si obstruyes tu energía, esa misma energía comenzará a congelarse.
Eso es lo que los bioenergéticos andan destruyendo: la pétrea armadura en torno tuyo. Querías amar, pero de un modo u otro lo obstruiste. La energía que estaba extrovertiéndose no puede regresar a la fuente. No hay forma de que regrese. Si estás a punto de enfadarte y la energía ha llegado hasta tu mano para golpear a la persona, para abofetear a la persona, y no la abofeteas sino que continúas sonriendo, la energía se quedará retenida en la mano. No puede regresar, no hay manera. Esa energía se convertirá en una pesada carga en la mano. Destruirá la belleza y la gracia de la mano. Matará a tu mano.
Por tanto, siempre que surja una energía, ve con ella. Si es algo que puede ser peligroso para alguien -por ejemplo, si es ira- entonces ve a tu cuarto y golpea una almohada. Pero haz algo. No hay necesidad de ser destructivo con nadie, no seas violento con nadie, pero puedes ser violento con una almohada. Tu energía se liberará y sentirás que fluye una energía fresca. Nunca retengas ninguna energía.
Cuando le vas dando energía a la vida, la vida va dándote energía a ti. Esto es ecología, ecología interna.
La energía se mueve en círculos. La vida te da, tú se lo devuelves; la vida te da más, tú das más. Y el círculo prosigue. Es como el agua que fluye por el río hasta el océano, entonces discurre hacia las nubes y después nuevamente llueve sobre las montañas y fluye otra vez en el río hasta el océano. Y el círculo prosigue, nada lo obstruye.
Osho, de la Medicación a la Meditación |
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