Hace días me puse una nariz de
payaso, no solo para ocultar mi tremenda nariz que tengo. No solo por que es la
única solución que encuentro para poder
sobrevivir en la ciudad, también lo hice para no dejar de ser niño. Aunque
tengo que reconocer que cuando chico me cargaban los payasos, los encontraba
gritones, feos y fomes... pero ahora quiero ser uno de ellos, para darle la
razón a mis amigos, cuando me gritan payaso..
Me he puesto una
nariz roja, para reírme de mí, de ti y de nosotros, para salvarme de la
tragedia, para llorar y nuevamente reír.
Cuando me quite
esta nariz, seguramente seguiré siendo un payaso...pero sin permiso formal...lo
que no saben es que yo, no necesito permiso paras ser payaso...siempre lo he
sido, por algo mis amigos siempre me gritan : ¡payaso!..
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