En el momento en que piensas en la meditación, la mente se pone alerta. Estás entrando en una dimensión peligrosa, porque la meditación significa la muerte de la mente. Si entras en meditación, tarde o temprano tu mente tendrá que disolverse, retirarse completamente. La mente se pone alerta y comienza a decirte cosas: «¿Cuánto tiempo queda? E incluso si hay tiempo, hay cosas más importantes que hacer. Déjalo para después. Puedes meditar en cualquier momento. El dinero es más importante. Primero acumula dinero; luego ya meditarás a tus anchas. ¿Cómo vas a meditar sin dinero? Así que presta atención al dinero; luego ya meditarás.»
Te parece que la meditación se puede dejar para más tarde fácilmente, porque no tiene que ver con tu supervivencia inmediata. El pan no se puede dejar para más tarde: morirás. El dinero no se puede dejar para más tarde: es necesario para tus necesidades básicas. La meditación se puede dejar para más tarde, puedes sobrevivir sin ella. En realidad, puedes sobrevivir fácilmente sin ella.
En el momento en que entres profundamente en meditación, no sobrevivirás, al menos en esta Tierra: desaparecerás. Desaparecerás del círculo de esta vida, esta rueda. La meditación es como la muerte, de modo que la mente se asusta. La meditación es como el amor, de modo que la mente se asusta. «Déjalo para más tarde», dice, y tú sigues dejándolo para más tarde hasta lo infinito. Tu mente siempre está diciendo este tipo de cosas. Y no pienses que estoy hablando de los demás. Estoy hablando específicamente de ti.
Tu mente es muy inteligente, y como piensas que es tu mente, nunca la cuestionas. No es tuya; es sólo un producto social. ¡No es tuya! Te ha sido dada, te la han impuesto a la fuerza. Te han enseñado y condicionado de una cierta manera. Desde la misma infancia, tu mente ha sido creada por otros: tus padres, la sociedad, los profesores. El pasado está creando tu mente, influenciando tu mente. El pasado muerto se está imponiendo a sí mismo sobre lo vivo continuamente. Los profesores son sólo agentes: agentes de lo muerto contra lo vivo. Siguen imponiéndote cosas a la fuerza en tu mente. Pero la mente está en una relación tan estrecha contigo, la distancia es tan pequeña, que te identificas con ella.
Tu mente no es tuya, tu cuerpo no es tuyo; viene de tus padres. Tu mente tampoco es tuya; también viene de tus padres. ¿Quién eres tú entonces?
Cada uno está identificado o bien con el cuerpo, o bien con la mente. Piensas que eres joven, piensas que eres viejo, piensas que eres hindú, piensas que eres jaina, que eres parsi. ¡No lo eres! Naciste como consciencia pura.
Osho |
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