La gente me pregunta: “¿Por qué es esta vida tan misteriosa?”. ¿Cómo voy
a saberlo? ¡Es así! Es simplemente un hecho, No estoy hablando de teorías, no
estoy diciendo que mi teoría sea que la vida es misteriosa. Si fuera así, entonces
podrías preguntar por qué. Simplemente es así. Los árboles son verdes… tú
preguntas por qué. Los árboles son verdes porque son verdes. No hay un por qué.
Si preguntas el por qué y tu pregunta fuera contestada, entonces la vida no
será un misterio, Si el por qué puede ser contestado, entonces la vida no es un
misterio. La vida es un misterio porque ningún por qué es importante.
Oí una vez…
Mulá Nasrudín le estaba diciendo a uno de sus discípulos que la vida es como
una mujer, Yo me quedé sorprendido, así que me puse a escuchar con atención lo
que estaba diciendo.
Él decía: “El hombre que dice que comprende a las mujeres está
fanfarroneando. El hombre que piensa que las entiende es un ingenuo. El hombre
que pretende que las entiende, miente. El hombre que quiere entenderlas, es un
iluso. Por otra parte, el hombre que dice que no las entiende, que no cree
entenderlas, que no pretende entenderlas, que ni tan sólo desea comprenderlas, ¡él
las comprende!”.
Y así es como también es la vida. La vida es una mujer. Trata de entender
la vida y te verás envuelto en un lío. Olvídate de entenderla. Sencillamente, vívela
y la entenderás. La comprensión no será intelectual, teórica. La comprensión será
total. La comprensión no será verbal, sino no verbal. Eso es lo que queremos decir
cuando decimos que la vida es un misterio. Puede ser vivida, pero no resuelta.
Puedes saber qué es, pero no puedes decir qué es. Ése es el significado de
“misterio”. Cuando decimos que la vida es un misterio, estamos diciendo que la
vida no es un problema. Un problema puede ser resuelto. Un misterio es eso que
no puede ser resuelto. Lleva su indisolubilidad impresa. Y es bueno que la vida no
pueda ser resuelta; i no ¿qué harías? Simplemente piénsalo. Si la vida no fuera un
misterio y alguien llegara y te explicara, ¿qué harías? No quedaría nada que hacer
más que suicidarse. Incluso eso carecería de sentido.
La vida es un misterio. Cuanto más sabes de ella, más bella es. Llega un
momento en que, de repente, empiezas a vivirla, empiezas a fluir con ella. Entre tú
y la vida evoluciona una relación orgásmica, pero tú no puedes imaginarte cómo es.
Ésa es su belleza, ésa es su infinita profundidad.
Y es verdad; no hay ni principio ni final. ¿Cómo puede haber un comienzo y
un final para la vida? Un comienzo significaría que algo surgió de la nada y un final
significaría que algo que estaba allí desapareció en la nada. Eso sería un misterio
aún mayor. Cuando decimos que la vida no tiene principio queremos decir que la
vida siempre ha estado ahí. ¿Cómo va a tener un principio? ¿Puedes trazar una
línea y decir que desde ese momento la vida empezó, tal como los teólogos
cristianos solían decir? Cuatro mil años antes de Cristo –dicen- la vida empezó un
determinado lunes. Evidentemente ha de haber sido por la mañana, pero ¿cómo
vas a decir que era un lunes si antes no había un domingo? ¿Y cómo puedes decir
que era por la mañana si la noche anterior no existía? Piensa en ello.
No, no puedes trazar una línea divisoria; es una tontería. No es posible
trazar una línea porque incluso para trazar una línea se requiere algo. Se necesita
algo que ya esté allí; si no, no se puede trazar. Puedes trazar una línea si existen
dos cosas, pero si sólo existe una cosa, ¿cómo vas a marcar una línea? La valla
alrededor de tu casa es posible porque tienes un vecino. Si no existiera el vecino, si
no hubiera nada más allá de la valla, la valla no existiría. Piensa en ello. Si no hay
absolutamente nada más allá de tu valla, tu valla desaparecerá en la nada. ¿Cómo
va a poder existir? Se necesita algo más allá de la valla para sostenerla.
Si la vida comenzó un determinado lunes, se necesita un domingo que le
preceda; si no, el lunes se esfumará, caerá y desparecerá. Y de la misma forma no
hay posibilidad alguna de un final. La vida es, la vida simplemente es, ha sido y
será. Es eternidad.
Y no empieces a pensar en ello. Si no te la perderás porque todo el tiempo
que desperdicias pesando en eso, es pura pérdida. Emplea ese tiempo, emplea ese
espacio, emplea esa energía para vivirla.
Osho.
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