jueves, 2 de agosto de 2012

Enojado


¿Has observado que sólo te enfadas con aquellas personas que te son muy próximas? Cuanto más intimidad, más rabia. ¿Por qué? Cuanto más grande sea la distancia entre tú y la otra persona, menos rabia habrá. No te enfadas con un extraño. Te enfadas con tu mujer, con tu marido, con tu hijo, con tu hija, con tu madre. ¿Por qué? ¿Por qué te enfadas más con las personas con las que tienes mayor intimidad? La razón es esta: estás enfadado contigo mismo. Cuanto más intimidad tiene una persona contigo, más identificado está contigo. Estás enfadado contigo mismo, por eso siempre que tienes a alguien cerca puedes echarle tu rabia encima. Se ha vuelto parte de ti.
Con la meditación estarás cada vez más feliz contigo mismo; recuerda, contigo mismo.
Es un milagro cuando alguien está más feliz con uno mismo. Nosotros, o estamos felices con alguien o enfadados con alguien. Cuando uno va sintiéndose más feliz con uno mismo, esto es realmente enamorarse de uno mismo. Y cuando estás enamorado de ti mismo, es difícil enfadarse. Todo el asunto te parece ridículo. Habrá cada vez menos rabia, cada vez más amor y más compasión.
Cada vez que una nueva persona se hace consciente de su ser más interno, escúchalo, y mientras esté vivo, permanece disponible a él.
Va a ser duro estar disponible al Maestro vivo, porque él no sólo te estará enseñando palabras, él estará cortando trozos de tu ser. Duele, porque has acumulado tanta basura innecesaria alrededor tuyo; tiene que ser cortado, cortado sin piedad. Solamente entonces puede tu ser esencial ser revelado en toda su belleza.

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