por tus manos tendría que pasar mi vida entera
por tu piel mi esperanza y mi desdicha
por tu boca los recuerdos, los conjuros y un te amo
por tus piernas nuestras piernas y mis manos
por tu rostro la dulce mirada que te habita
por tu calor, tu pasión y tu palabra viva
encender el lugar que habitas y quemar todo el pasado
ser tu y ser yo en ese abrazo eterno
en ese mirar hipnotizado
con tus manos, manos mías en el atardecer
con tu fuego, leña mía al amanecer
con tu boca, labios mío al oscurecer
con tus sueños, nombre mio en el que habito.
viernes, 24 de agosto de 2012
miércoles, 22 de agosto de 2012
La risa como virtud de hombres superiores
La risa como virtud de hombres superiores
Esta corona del que ríe, esta corona de rosas ¡a vosotros, hermanos míos, os arrojo esta corona! Yo he santificado el reír; vosotros hombres superiores, aprended - ¡a reír!
Así habló Zaratustra
Esta corona del que ríe, esta corona de rosas ¡a vosotros, hermanos míos, os arrojo esta corona! Yo he santificado el reír; vosotros hombres superiores, aprended - ¡a reír!
Así habló Zaratustra
Nietzsche
Así habló Zaratustra
Con la risa se muere y se mata, el profeta del ocaso desearía para sí una muerte de risa, como la que tuvieron los antiguos dioses al escuchar la postulación de un único Dios. Que la divinidad se reduzca a un único Dios, esa expresión de un ateísmo supremo es mortalmente risible. La risa supone una afirmación del mal, pero “santificado y absuelto en su propia bienaventuranza”. En consonancia con la óptica nietzscheana, Milan Kundera piensa a la risa como alteración del orden que en cada caso se crea bueno, la risa aniquila y transforma la pesadez de todo objeto. Aristóteles enseña que en la tragedia griega la acción catártica actúa a través del terror y la compasión, la catarsis de la risa que celebra Zaratustra, en cambio, salva a través de un movimiento placentero. Placer y dolor son presentados por Nietzsche como máscaras de la voluntad; frente al dolor la voluntad quiere que el tiempo pase y no se detenga y frente al placer la voluntad siempre quiere más, quiere eternidad.
La risa une como el Dios Eros
Nietzsche piensa que en el horror y la alegría esenciales los hombres recuperan la fraternidad. Por su parte, Bataille rescata de la risa el ser lazo de unidad social al mismo tiempo que reverso irónico de los fundamentos de una comunidad. “Los que se ríen se transforman en conjunto como las olas del mar”, por su capacidad de generar comun-unidad, la risa está junto a la fiesta y el juego, los que a su vez pertenecen a la esfera del arte, es decir que la risa formaría un vínculo esencial con esa dimensión de la existencia humana que es portadora originaria de verdad.
Risa y redención
Todas las cosas buenas ríen
Así habló Zaratustra
Cuando la risa celebra porque es júbilo y agradecimiento libera a la voluntad en una incesante autoafirmación que es, al mismo tiempo, su interior necesidad: querer, querer siempre más. La experiencia de la risa auténtica reclama ante todo libertad, la virtud de no temerle al extremo de lo posible, dicho parafraseando a Bataille. Zaratustra ama a quienes no quieren preservarse a sí mismos, a los que declinan. Reírse de sí es una forma de no preservarse, de liberarse, hay pérdida del sí mismo en la risa de sí . Esta sería una forma buena de la compasión, según Nietzsche, saber perderse a uno mismo.
La risa como reverso del saber
Zaratustra el que dice verdad, Zaratustra el que ríe verdad
Así habló Zaratustra
Frente a la satisfacción que brinda el pensar especulativo y en oposición a la identidad saber-verdad de corte hegeliano, Bataille es uno de los tantos pensadores que trabajan la verdad y la satisfacción en el no saber, abonando de este modo el camino de la deconstrucción filosófica. En su perspectiva el no-saber se reivindica como momento de éxtasis y la verdad se identifica con el no saber. Zaratustra impulsa la reivindicación de lo que no puede ser reducido al saber. La risa es, si se quiere, más pudorosa que el saber, ella puede mantener oculto lo que debe estar oculto.
La risa como voluntad de nada. Risa y soberanía o la reivindicación de la insatisfacción.
Bataille concibe la soberanía auténtica sólo como rebelión, no en el ejercicio del poder, “la auténtica soberanía rechaza”, también en la obra de Kundera habita este sentido de soberanía. La risa tiene que ver con la soberanía en tanto rechaza lo dado, destruye o suspende momentáneamente el sentido para rehabilitarlo luego enriquecido. En la risa de los servidores del bien -ángeles- Kundera retrata la complacencia ante el orden social impuesto y pone en la risa del diablo la subversión de ese orden. Si la risa diabólica se origina en el desorden, las fracturas o intersticios de las redes del sentido, entonces la risa de los ángeles equivaldría al gesto del último hombre que ‘parpadea’ en una actitud de afirmación indolente.
Lo inagotable de la risa
Hay risas que no tienen otro objeto que ellas mismas, risas que se generan a partir del derroche y contagio de sí mismas, en esto reside su carácter de gratuidad. La risa se multiplica, crece como un niño, excede los temas cómicos. La risa de la risa evocaría un camino semejante al que transita el eros platónico en su búsqueda de la belleza en sí, primero la risa ante lo particularmente risible, luego la risa bajo la que caerían todas las cosas y finalmente la risa que se consagra a sí misma. Si la risa es un momento soberano, entonces también instaura un modo de aprehender la verdad; como en la obra de arte, de la risa puede brotar lo verdadero. La acción de abrir una verdad y la capacidad de sublimación relacionan a la risa y al arte estrechamente. Martin Heidegger mostró que la verdad del arte está en la inagotable plenitud en que puede mostrarse y demorarnos lo que es, en la aparición resplandeciente del ente, para decirlo en una fórmula por supuesto escasa pero que permite subrayar el carácter iluminador con el que el filósofo piensa la obra de arte. Quizá lo más escandaloso de las tesis nietzscheanas, desarrolladas luego por la hermeneútica, sea la interpretación según la cual, la risa no es sólo un modo más de aprehender la verdad, sino un momento ineludible en la construcción de toda verdad. Acaso también la irrupción de la risa llevaría a cabo una recuperación distorsionante del sentido, una ‘conversión’ quizá cercana a la que piensa Gianni Váttimo en el concepto de Verwindung acuñado por Heidegger, pues a su modo la risa es metáfora, expresión de un sentido que se desplaza, que exhibe su propia negación, que se pierde y se transforma; un sentido que ha sido ‘llevado’, ‘conducido’ a otra parte, una metáfora que se celebra con el cuerpo y se traduce en un gesto de agradecimiento, efímero y siempre insatisfactorio, como todo lo que nos lleva en presencia de lo maravilloso.
(*) Mónica Giardina
Introducción al pensamiento científico / CBC - UBA
sábado, 18 de agosto de 2012
Hombre directo a los valles de la alegría
Soy un hombre sencillo; soy un hombre sencillo que viene de la ciudad y
que va en dirección a los ríos, las montañas y el viento fresco. No le he
mentido a nadie, al menos con mi consentimiento; ni me he confesado, por que no
tengo crimen por el cual hacerlo.
Llevo un rumbo lejano, hacia el valle, donde no sea sólo un loco en
medio de la locura. Y ni yo los cuestione por su propia locura.
No llevo traje porque me queda mal y no traigo corbata por
que ésta me impide respirar. Mi pantalón esta desteñido por el sol, la tierra y
por la brisa del mar, ya que no es la primera vez que escapo de la ciudad.
No calzo zapatos, por que con estos no se me llenan de
tierra los pies y sin éstos el agua fluye de mejor manera en la piel.
Mi pelo baila con el viento y mi rostro se llena de
felicidad, mientras más es acariciado por la brisa.
Mi caminar es tranquilo y eterno. Nada me apura en llegar al sitio en
que todos en algún minuto nos encontraremos. La gente llora porque no corro
como ellos: es una de las razones por que partí rumbo al valle.
Soy un hombre sencillo que no lleva mascara ni disfraz.
Estas cosas solo me alejan de la gente que amo y recuerdo con cariño, a pesar
de su disfraz.
No siento frió ni desilusión, a pesar
de no llevar abrigo; el sol es mi mejor aliado y la luna mi mejor compañera en
los bríos de insatisfacción.
El hambre, la mitigo con trozos de raíces que el camino
ofrece a mi paso. Para saciar mi sed, abro la boca y bebo agua de lluvia
directo a mis entrañas.
Seguiré rumbo al
valle así, entre la noche y su tierna oscuridad. En el amanecer estaré entrando
por los senderos de la vida. En la pasividad, que las miradas de este hermoso
lugar, nos entrega a los extraños viajeros del tiempo.
Soy un hombre con pies descalzos
y con la sonrisa más grande que
cualquier hombre puede tener.
sábado, 11 de agosto de 2012
Instantánea
El dragón es un animal quimérico, yo soy un dragón
y te amo,
es decir amo tu nariz, la sorpresa
del zafiro de tus ojos,
lo que más amo es el zafiro de tus ojos;
pero lo que con evidencia me muslifica son tus muslos
longilíneos cuyo formato me vuela
sexo y cisne a la vez aclarándome lo perverso
que puede ser la rosa, si hay rosa
en la palpación, seda, olfato
o, más que olfato y seda, traslación
de un sentido a otro, dado lo inabarcable
de la pintura entiéndase
por lo veloz de la tersura
gloriosa y gozosa que hay en ti, de la mariposa,
así pasen los años como sonaba bajo el humo el célebre
piano de marfil en la película; ¿qué fue
de Humphrey Bogart y aquella alta copa nórdica
cuya esbeltez era como una trizadura: qué fue
del vestido blanco?
Décadas de piel. De repente el hombre es décadas de piel, urna
de frenesí y
perdición, y la aorta
de vivir es tristeza,
de repente yo mismo soy tristeza;
entonces es cuando hablo con tus rodillas y me encomiendo
a un vellocino así más durable
que el amaranto, y ahondo en tu amapola con
liturgia y desenfreno,
entonces es cuando ahondo en tu amapola,
y entro en la epifanía de la inmediatez
ventilada por la lozanía, y soy tacto
de ojo, apresúrate, y escribo fósforo si
veo simultáneamente de la nuca al pie
equa y alquimia.
Gonzalo rojas
miércoles, 8 de agosto de 2012
Por estos días
Y en estos minutos
Donde las horas corren y las prisas abundan
En estas horas donde la bulla concierne a todos menos a mí
Y en estos días que días mas sencillos frente al mar
Unos pasos y me recuesto en la arena
Un sueño, y el horizonte me regala tu horizonte
En estos días me habita la esperanza
Que por cuatro o cinco tempestades había dejado de creer
En estos días las letras nacen y crecen
Crecen como las olas en el mar
Por el viento
Por la vida
Por la fuerza
Sin espanto, con mucho canto
Y en estos minutos escucho el silencio
Me habita la alegría
Me sorprende la vida
jueves, 2 de agosto de 2012
Enojado
¿Has observado que sólo te enfadas con aquellas personas que te son muy próximas? Cuanto más intimidad, más rabia. ¿Por qué? Cuanto más grande sea la distancia entre tú y la otra persona, menos rabia habrá. No te enfadas con un extraño. Te enfadas con tu mujer, con tu marido, con tu hijo, con tu hija, con tu madre. ¿Por qué? ¿Por qué te enfadas más con las personas con las que tienes mayor intimidad? La razón es esta: estás enfadado contigo mismo. Cuanto más intimidad tiene una persona contigo, más identificado está contigo. Estás enfadado contigo mismo, por eso siempre que tienes a alguien cerca puedes echarle tu rabia encima. Se ha vuelto parte de ti.
Con la meditación estarás cada vez más feliz contigo mismo; recuerda, contigo mismo.
Es un milagro cuando alguien está más feliz con uno mismo. Nosotros, o estamos felices con alguien o enfadados con alguien. Cuando uno va sintiéndose más feliz con uno mismo, esto es realmente enamorarse de uno mismo. Y cuando estás enamorado de ti mismo, es difícil enfadarse. Todo el asunto te parece ridículo. Habrá cada vez menos rabia, cada vez más amor y más compasión.
Cada vez que una nueva persona se hace consciente de su ser más interno, escúchalo, y mientras esté vivo, permanece disponible a él.
Va a ser duro estar disponible al Maestro vivo, porque él no sólo te estará enseñando palabras, él estará cortando trozos de tu ser. Duele, porque has acumulado tanta basura innecesaria alrededor tuyo; tiene que ser cortado, cortado sin piedad. Solamente entonces puede tu ser esencial ser revelado en toda su belleza.
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