“La risa tiene efectos beneficiosos que podemos diferenciar a nivel físico y psicológico”, comenta Isabel Rodero, pedagoga del Centro TAP. Tratamiento Avanzado Psicológico, desarrollándolos a continuación.
En cuanto a los beneficios físicos:
• Nos mantiene en forma, ya que trabajamos musculatura que normalmente no utilizamos.
• Oxigenamos mejor nuestro organismo, puesto que entre carcajadas cogemos el doble de aire que con una respiración normal.
• Nuestro cuerpo genera más anticuerpos, por tanto fortalece nuestro sistema inmunológico.
A nivel psicológico, la risa es un liberador de endorfinas, lo que hace que se generen sustancias que combaten la ansiedad y la depresión. De esta manera:
• La risa nos hace felices a nosotros y a la gente que nos rodea y es activador de áreas corticales encargadas de las relaciones a nivel social, por eso, mejora nuestras relaciones sociales.
• Sonreír es una forma de convivencia.
• Fomenta el estado de ánimo positivo y, por ello, generamos optimismo.
• Nos ayuda a relativizar la realidad e integración en ella por dura que parezca.
Pero aún hay más. “Se sabe que la risa ayuda en la recuperación de los pacientes hasta un 60 por ciento. De ahí la aparición de los Doctores Sonrisa, que van a los hospitales a ayudar a los niños ingresados”, le suma Isabel Serrano Rosa, psicóloga y terapeuta de parejas que dirige enpositivoSÍ.
¿Qué respuesta cerebral provoca la risa?
En el cerebro, la risa, dice Serrano, “activa el hipocampo (centro de la memoria) y se dirige hacia la amígdala (el centro de las emociones), poniendo en marcha después la zona del córtex -que es la destinada a los procesos intelectuales- y de ahí a la zona del cerebro que activa la sonrisa o la carcajada (núcleo acúmbeo). Esto depende del estado de ánimo, de la personalidad o la ausencia de trastornos psicológicos”.
La experta comenta que algunos estudios indican que reír eleva el número de sustancias neurotransmisoras, y parece haber una correlación entre la risa y la disminución de la enfermedad de Alzheimer.
Asimismo, genera endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina, todas ellas hormonas que contribuyen al bienestar físico.
Según profundiza Rodero, “cuando reímos porque estamos alegres, nuestro cerebro libera endorfinas, lo que produce efectos beneficiosos para el organismo. Las endorfinas son conocidas como hormonas de la felicidad. La risa limita también la producción de una hormona denominada cortisol (responsable del estrés), y libera dopamina en el cerebro, un neurotransmisor asociado a la agilidad mental al mejorar las conexiones neuronales”.
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