Un hombre llega a la consulta del psicólogo y dice:
—Doctor, tengo un gran complejo de superioridad.
—A ver, siéntese y le ayudaremos.
—¡Tú qué me vas a ayudar, doctorcillo de pacotilla!
—No sé qué me pasa, doctor, pero en seguida pierdo los nervios y me pongo a insultar a todo el mundo.
—Está bien, cuéntemelo todo.
—¿Y qué cree que estoy haciendo, pedazo de imbécil?
—Parece que su tos está mejor.
—Sí, estuve practicando toda la noche.
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