Me gusta enamorarme
y soñar que me ama
una muchacha extraña de la que no conozco
ni siquiera sus pasos. Es un fácil remedio
para que el corazón, ya sin prisas, me siga
bombeando la sangre de tanto amor perdido.
bombeando la sangre de tanto amor perdido.
Así que cada día, salgo por los paseos,
recorro cada calle y busco por las plazas
a esa mujer soñada que nunca será mía.
Y me enamoro a tientas, como si fuera ciego
y me bastara sólo el olor de un perfume,
el sonido de un beso,
el roce de algún nombre que me traiga
una tenue caricia del pasado
recorro cada calle y busco por las plazas
a esa mujer soñada que nunca será mía.
Y me enamoro a tientas, como si fuera ciego
y me bastara sólo el olor de un perfume,
el sonido de un beso,
el roce de algún nombre que me traiga
una tenue caricia del pasado
Enamorarse es fácil. A mí al menos me pasa
cada día tres veces. Y ninguna
me dura más allá de algunas horas.
Es el amor de golpe, sin calendario fijo.
El amor que nos salva del presente imperfecto.
cada día tres veces. Y ninguna
me dura más allá de algunas horas.
Es el amor de golpe, sin calendario fijo.
El amor que nos salva del presente imperfecto.
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