miércoles, 16 de abril de 2014

La risa como acción de amor

Reír es entregar amor; entregar amor al mundo, su energía, su sinceridad, ese fluir maravilloso de su energía. Reír es entregarse amor a uno, es permitirse la oportunidad de amar, de ser uno con la existencia. Cuando ríes te amas y entregas amor a tu entorno, así también al universo.

M
uchas son las filosofías, culturas, religiones, personas, incluso canciones que escuchamos en la radio o frases que leemos en internet, las que nos hablan del amor, de su entrega y de la manera correcta de llegar a encontrarse con este sentimiento.
En nuestras vidas, sin duda, la búsqueda del amor pasa a ser uno de los procesos más complejos que vivenciamos. Desde ese amor de niños que se siente por la madre, o ese amor platónico que se ve en la televisión u otros amores más trascendentales, como ese amor incondicional por la humanidad y la existencia, o el siempre entretenido amor de pareja; las etapas de crecimiento y aprendizaje que involucra.
En estas líneas no pretendo extenderme en el tema del amor. Como dije anteriormente hay muchos tratados al respecto, en los cuales se han invertido horas y horas de estudio para un mejor análisis de la situación.
En estas líneas sólo pretendo reflexionar acerca de la relación existente entre el acto de reír y el acto de amar.
Generalmente, cuando reímos lo hacemos con quien queremos (amigos, familia, pareja, entre otros). Cuando reímos, nuestro entorno por lo general está dotado de ese grado de confianza que nos regala el amor. Al reír aflora lo verdadero, nuestra alma. Esta confabulación entre quien queremos y el acto de reír, está íntimamente relacionado.
En aquellos lugares donde nos sentimos más tensos, donde las personas son más distantes y no existe esa complicidad con el otro, al parecer la risa cuesta algo más, salvo la risa burlesca o irónica pero esa es otra situación.
¿Qué pasaría si nos riéramos más en aquellos lugares donde cuesta nuestra presencia? ¿Cómo sería el entorno si riéramos en todo momento, sobre todo en aquellos lugares donde se hace difícil reír?
Hay que intentar reír, reír con aquel que tengo problemas, reír con aquel que estoy sentido, reír con aquel que no conozco, con ese vecino distante que pocos antecedentes manejo de él. A la vez, estarán practicando en un acto simple y sencillo, el entregar el amor sin condiciones que muchas filosofías hablan.
Es importante reír con el otro, y no del otro, entrar en esa complicidad amorosa que nos entrega este acto humano y maravilloso.

¡Practica la risa y algo muy grande ocurrirá en tus días, en tus rutinas!

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