Es una hermosa puerta para lograr la relajación, abrir nuestra capacidad de sentir, de amar, de llegar al silencio, al éxtasis, a la creatividad, sencillamente utilizando la risa como camino.
Se utilizan técnicas que ayudan a liberar las tensiones del cuerpo y así poder llegar a la carcajada, entre ellas: la expresión corporal, el juego, masajes, técnicas para reír de manera natural, sana, que salga del corazón, del vientre, de un modo simple como los niños.
Es importante tener claro que una terapia de risa, no es un show de humor. Por lo tanto, no se cuentan chistes ni hay payasitos que nos hagan reír. La terapia de risa es una actividad vivencial se habla muy poco, se juega bastante y sobretodo se ríe mucho.
Se realizan diferentes actividades como ejercicios de respiración, pantomima, juegos infantiles, meditaciones activas, entre otras cosas delirantes.
No es necesario tener buen humor, ni ser una persona “graciosa”, aquí lo que importa es la experiencia, es la recuperación de la risa de cada una de las personas, de rescatar el lado alegre, creativo y amoroso de los participantes.
La idea de la terapia de risa, es que utilicemos la risa como camino de sanación o prevención y que la utilicemos cada vez que lo consideremos necesario, y no dependamos de un agente externo que nos “haga” reír. Cada uno de nosotros puede ser ese agente, propio y general risa, en una terapia se risa lo que se hace es encontrar la propia risa y aprender a manejarla y controlarla a antojo y destajo en diferentes situaciones.
Con el paso del tiempo la risa es cada vez más escasa, pero cuando somos adultos también podemos reír como niños. No está de más probar esta terapia, pasaremos un buen momento y mejoraremos nuestra salud, ya que la risa no tiene contraindicaciones.
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