lunes, 1 de octubre de 2018

La risa

El fenómeno del humor y su consecuencia más visible, la risa, han sido estudiados por filósofos y científicos. De la risa sabemos que es, por definición, una “manifestación de alegría [...] que consiste en contraer ciertos músculos de la cara que estiran los labios dejando a la vista los dientes y dando una expresión particular a los ojos [...]”. Reír es una manifestación concreta de procesos cerebrales producidos por factores puramente químicos y por otros afectivos. Una carcajada une, por decirlo así, el cuerpo con el espíritu. Por eso es tan beneficioso reír y hay países en los que se celebra la risa en comunidad como terapia para prevenir enfermedades. ¿Sabía usted que reírse quince minutos por día es bueno para el sistema vascular? Estos son algunos de los aspectos más importantes de la risa.

Fisiología de la risa
Cuando nos reímos de un chiste sucede algo extraordinario. Aproximadamente dos segundos después de escucharlo se activan ciertas áreas de la corteza cerebral responsables del recuerdo y la memoria. Es decir que, para poder reírnos, debemos poder recordar el comienzo de la broma. Según comenta al semanario Der Spiegel Barbara Wild
psiquiatra y directora del Grupo de Investigación sobre el Humor, de la Universidad de Tübingen, “otras zonas del hemisferio posterior izquierdo nos ayudan a reconocer intenciones”. Luego se activarían regiones cercanas al ‘área de Broca’, que conecta y da sentido al lenguaje, símbolos y signos. “Cuando hemos entendido el chiste se produce una especie de fuego de artificio cerebral, como cuando tenemos buen sexo o nos enteramos de que ganamos la lotería”, compara la investigadora.
Además, se produce una desactivación en el lóbulo frontal, algo así como una señal que nos dice “suéltate”, “puedes perder el control, puedes reírte”. Según Wild, “el humor deja fuera de acción un acervo cultural de la humanidad: la capacidad de controlarse”

La risa como estamento de la cultura
Ya Freud decía que detrás de toda broma hay siempre una verdad. Y es que cuando reconocemos la realidad podemos reírnos de ella. La risa es posible si logramos ponernos en el lugar del otro. Aunque ese otro seamos nosotros mismos, vernos desde otra perspectiva nos hace reconocernos. Es posible reír si nos
Lachende Frau
desplazamos hacia el lugar desde el cual podemos contemplar y contemplarnos desde otro ángulo. Es decir que el humor es posible si nos descentralizamos, si somos capaces de abandonar por un momento el lugar del ego. Esto se ve claramente en la filosofía budista, con el humor zen. El maestro prueba a sus alumnos haciéndoles una pregunta o sometiéndolos a una prueba aparentemente sin sentido, y en la cual no se puede seguir un derrotero lógico. Y es justamente esa falta de lógica la que produce la iluminación en el discípulo. Un fenómeno bastante parecido al humor.

fuente : https://www.dw.com/es/la-risa-y-el-sentido-de-la-vida/a-1945819

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