domingo, 5 de noviembre de 2017

La risa en latinoamerica

En Indoamérica el sentido de la risa y el humor se asoció al esplendor de la vida con explícitas resonancias sagradas. La cultura y literatura nahuatl de México vincularon la risa a la vitalidad del amor y la verdad, a los tradicionales fundamentos del ser en las flores y los cantos (in xochitl in cuicatl). Según la inspiración erótica del Canto de las Mujeres de Chalco (Chalca Cihuacuícatl, siglo XV d.C.): “Deseo y deseo las flores, / deseo y deseo los cantos, /.../ Ven a unirte, ven a unirte: / es mi alegría. /.../. Habremos de reír, nos alegraremos, / habrá deleite, yo tendré gloria, /...” (M. LEON-PORTILLA, “Literaturas indígenas de México”, Madrid 1992, 285-290). La expresión lúdica del ser humano expresó la verdad de la risa junto al agua y a la complacencia divinas: “Yo soy el travieso: flor es mi canción: /.../ Diferentes flores voy esparciendo, / vengo a ofrendar cantos, flores embriagantes. / ¡Ah, soy el travieso, que vengo de allá / donde el agua sale! /.../ Vengo a deleitar al dios. /.../. Yo, el guiñador de ojos, el que andaba riendo, / de dentro del patio vengo. / En flor vengo a convertirme yo,...” (J. ALCINA FRANCH, “Floresta literaria de la América indígena”, Madrid 1957, 101-103). La risa fue signo de fecundidad y regocijo sagrados. Las pequeñas divinidades lunares y campesinas de las cosechas, de la abundancia, de la embriaguez, y del octli o jugo del maguey fermentado, fueron los Cuatrocientos Conejos sonrientes (centzon totochtin) (J. SOUSTELLE, “El universo de los aztecas”, México 1986, 20, 55, 85-86). La fiesta del Universo junto a la gran diosa madre Tonantzin conduce a la Tierra de las flores o Tierra de la verdad (Xochitlalpan). Gracias a ella los nahuas experimentan una alegría sagrada que no logró enajenar la expansión europea del siglo XVI (este es el sentido vitalizador y optimista del Nican Mopohua o relato náhuatl de la aparición de la diosa Tonantzin-Guadalupe en 1531). Las culturas guaraníes y mapuches confirman el vigor y la importancia del buen humor, la alegría y la risa en Indoamérica del Sur. La lengua guaraní ofrece una rica variedad para designar la excelencia y complejidad del lenguaje del humor: Pucá Risa Pucá Reír / Reírse Pucavi Sonreír, sonreírse Pucagui Sonrisa Pucapó Risa súbita, risotada Pucapucú Carcajada, risa continuada Pucasororó Carcajada, risa estrepitosa Pucahá Hazmerreír Vi´á Alegre / Contento / Feliz / Achispado / Divertido Vi´á Alegrarse / Regocijarse / Divertirse / Gozar / Sentirse dichoso Rovi´á Alegrar / Divertir / Recrear / Aquerenciar / Dar gusto y placer / Complacer Ovi´ava El dichoso, el contento, el bienaventurado Mbovi´á Alegrar / Divertir / Recrear / Regocijar /Aquerenciar Toriva Feliz / Alegre / Risueño / Jocoso Tori Alegre / Feliz / Dichoso / Risueño / Regocijo / Júbilo Hori Estar alegre, alegrarse Ñembohori Alegrarse Anghori Alegría, consuelo Mbohori Alegrar, contentar, agradar Rohori Agasajar / Alegrar / Festejar / Congratular / Felicitar Yererohori Alegrarse / Festejarse / Ser agasajado Porombohori Alegrar a la gente Ivitori Tierra de la alegría Heteaé Estar alegre, de buen humor Tetea´é Animado / Alegre / De buen humor Mbohetea´é Animar, alegrar, avivar, ocasionar buen humor / Desperezar / Alentar Apiraí Burla Aruaí Burla, chocarrería Yoyái Burlarse, reírse de Ñemboyarú Bromearse / Chancearse Mboyarú Bromear, chancear / Retozar / Acariciar Taveá Burlarse / Mofarse / Chancearse / Farrear / Tomar el pelo Kiritó Dios (en sentido humorístico) Frente a esta riqueza lingüística para designar los fenómenos del humor, el guaraní tiene tan sólo un vocablo para designar lo serio, y que quiere decir lo mismo que grave, cargoso, fastidioso o lerdo (pohii). El blanco cristiano como gran señor o ´señorón´ es identificado como hombre serio (caraiguasú) (cfr. A. JOVER PERALTAT. OSUNA, “Diccionario guaraní español y español guaraní”, Buenos Aires 1950). Según el folklore guaraní, Tupá (Dios) concedió al hombre el atributo de la risa para estar alegre, combatir la adversidad y distinguirse de los demás seres vivos (M. CARDOZO OCAMPO, “Mundo folklórico paraguayo. II. De la tradición oral. Mitos, leyendas y cuentos paraguayos”, Asunción 1991, 32). Los mapuches de Chile revelaron un sentido del humor y de la alegría que dió cuenta de su refinada cultura y creencias religiosas. “Los indios chilenses son por la mayor parte coléricos sanguíneos, de alta estatura, huesos sólidos y cuerpos fornidos y membrudos, rostros hermosos y colorados, aunque trigueños, de suerte que siempre andan representando alegría,...Era este Michimalongo de buena estatura, muy fornido y animoso; tenía el rostro alegre y agraciado, tanto, que aun a los mesmos españoles era amable.” (P. MARIÑO DE LOBERA, “Crónica del Reino de Chile”, siglo XVI). Lo mismo advirtió Pineda y Bacuñán en su amigo Quilalebo. Este era un “viejo de buen humor y de buen gusto”, “chancero y decidor, y de jovial y alegre natural” (“Cautiverio feliz”, CHCH III, 473-474).Con humor tomaron las amonestaciones de los blancos cristianos. Un obispo de Concepción informó a Roma en 1769: “Cuando son inducidos a cumplir los mandamientos bajo la amenaza de las penas del infierno, responden con risa que su frío va a vencer los ardores del infierno y que, sin embargo, entretanto deben observar sus ritos.” (cfr. F. ALIAGA, “Relaciones a la Santa Sede enviadas por los obispos de Chile colonial”, Santiago 1974, 130). La fama del carácter festivo de los mapuches traspasó las fronteras naturales de los Andes: “La llegada de los del lado de Chile trae la alegría” (Akulu ta nguluche mulei ayen) (T. GUEVARA, “Folklore araucano”, Santiago 1911, 47). La onomástica de los indios de Chile, apenas cristianizada, grabó personalmente estos rasgos del humor y la risa. Obsérvense estos nombres de los siglos XVIII a XX: Francisco Teyenante (Día de alegría) Calbuco 1720 María Ayelante (Sol risueño) Curaco 1770 Ursula Teyen (Regocijo) Calbuco 1790 Rosa Ayalquintui (Mira riendo) Quetalco 1862 José Truitrui (Muy alegre) Panguipulli 1900 José Ayaquintui (Miró riendo) Tenaún 1912 (P. A. VALENZUELA, “Glosario etimológico de nombres de hombres, animales, plantas, ríos y lugares...”, Santiago 1918-1919). Los fundamentos de la alegría y el regocijo fueron de carácter religioso. Esto se aprecia en los cantos chamánicos de las machis: “Dotada de estos remedios, / feliz y contenta te alabo / desde el fondo del alma, Señor, / y te canto alegremente;.../. Vigoriza el corazón, / dándole nuevos pulsos;.../ y que goce de nuevo / de mucha alegría grande./.../ Señor Dios, confío en tí y te ruego / que me des paz, tranquilidad y gozo; / alegría y felicidad para vivir, / contenta y satisfecha para seguir / el camino de la alegría y vida. /.../ El Jefe de la alegría y felicidad del cielo / intervino y favoreció mi elección de machi. / Ea, arriba, arriba mi corazón de alegría y felicidad.” (M. ALONQUEO, “Instituciones religiosas del pueblo mapuche”, Santiago 1979, 62, 86, 93, 100).

Extraído de : http://biblioteca.clacso.edu.ar/Chile/di-uarcis/20120927095411/salinas.pdf


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