El derecho a la picardía
"El pueblo de Nicaragua celebra al Güegüence, y ríe con él.
En estos días, días de su fiesta, las calles se vuelven escenarios donde este pícaro cuenta, canta y baila, y por su obra y gracia todos se vuelven cuenteros, cantores y bailanderos.
El Güegüence es el papá del teatro callejero en América Latina.
Desde el principio de los tiempos coloniales, él viene enseñando las artes del maestro enredador:
—Lo que no puedas ganar, empátalo. Lo que no puedas empatar, enrédalo.
Y desde aquel entonces, de siglo en siglo, el Güegüence no ha parado de hacerse el tonto, inventón de palabras que nada significan, maestro de diabluras que el Diablo envidia, deshumillador de los humillados, jodón, jodido, jodedor".
Eduardo Galeano
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