Cuando hablamos de humor nos referimos a una forma de comportamiento
humano por la que somos
capaces de percibir, apreciar o expresar circunstancias
o hechos graciosos, divertidos, incongruentes o absurdos. Al igual que la belleza
que está en los ojos de los que la ven, el humor se halla en la mente de quien lo
percibe. El humor de una persona condiciona su estado anímico, pero a su vez
éste suele estar condicionado por factores de tipo social, cultural y de la propia
personalidad de cada uno.
El humor que a veces se confunde con la risa, es aquel que está relacionado con
las emociones positivas. Y es que el sentido del humor y la risa viene a menudo
asociados, ya que la risa es una de las respuestas fisiológicas del humor. Pero
actualmente no existe un modelo o concepto que se ajuste perfectamente a la
definición de humor, ya que a veces por su gran relación resulta difícil separarlo
de otras capacidades como el ingenio, lo comicidad y la creatividad.
El humor es parte integral del comportamiento humano en cada día de la vida, es
una actividad intelectual que ocupa un lugar especial en las interacciones sociales
humanas, por lo que actúa como forma de comunicación y es también un canal
útil para liberar ansiedad, tensión e inseguridad. El humor se considera por tanto
una habilidad y puede entrenarse para ser desarrollada ante las adversidades y
las dificultades cotidianas.
Una de las escuelas que más atención ha dedicado al humor como instrumento
de curación ha sido la de la Terapia racional emotiva de Ellis y Grieger (1981)
quienes afirman que la perturbación emocional en gran parte consiste en tomarse
la vida demasiado en serio y para acabar con estas ideas irracionales que
trastornan a las personas hay que utilizar el humor, y nada es más útil que una
broma para manifestar que una excesiva seriedad es ridícula y resulta perniciosa
para la salud
fuente:
http://academica-e.unavarra.es/bitstream/handle/2454/8045/Grado%20Enfermeria%20Alba%20Jimena%20Royo.pdf?sequence=1
www.alexdelarisa.cl