La Psicología Social Comunitaria o Psicología Comunitaria es una de las ramas más recientes de la Psicología. Su basamento psicosocial, así como su uso de procedimientos, técnicas, instrumentos y métodos provienen de la Psicología Social.
Algunos la proponen como una forma de Psicología aplicada, dados sus nexos en EEUU con el movimiento pro salud mental en la comunidad y de política de guerra a la pobreza (1973).
Sin embargo, ya en América Latina, sin apelar a la denominación, pero con un claro adelanto metodológico, desde fines de la década del ´50, se venían realizando aisladamente, como suele suceder en la región, desarrollos comunitarios interdisciplinarios, en los cuales están presentes todas las características que veinte años después pasan a definir a la Psicología Comunitaria como al igual que una particular estrategia metodológica basada en la investigación-acción, orientada hacia el cambio social y la concientización.
El objeto fundamental de esa práctica destinada al desarrollo de la participación comunitaria, consiste en la movilización de un grupo particular ( una comunidad ), para el enfrentamiento y solución de sus problemas, los cuáles a través de la intervención de agentes de cambio, percibirá en sus dimensiones reales y en sus relaciones con el medio en que se presenta.
En una primera etapa ( años 50 y 60 ), más que de una Psicología Comunitaria debe hablarse de desarrollo comunitario, de participación, de autogestión a solas. Se trata de una estrategia, de una metodología, en la cuál el aporte psicosocial no ha sido clarificado aún. Solo a fines de la década del sesenta y comienzo de los años setenta, surgen paralelamente los primeros intentos de sistematizar lo que es ya un quehacer con logros firmemente establecidos en Latinoamérica, y una nueva línea de aplicación en Norteamérica.
Así, Leo Mann ( 1978 ), considera que son tres las áreas fundamentales que constituyen el objeto de la psicología Comunitaria: el análisis de procesos sociales, el estudio de las interacciones en un sistema social específico y el diseño de intervenciones sociales. Se reconoce así una orientación evidentemente social a esta disciplina y un rol muy activo tanto al psicólogo, como a su tradicional objeto de estudio: el hombre.
La Psicología Comunitaria como la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social, para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social,. Esta definición implica que el rol del psicólogo y de otros profesionales orientados con los mismos objetivos y con los cuáles trabajará conjuntamente, ya que su campo de la psicología Comunitaria es interdisciplinario, será el de un agente de cambio y ese rol estará ligado a aspectos de detención de potencialidades, de auspicio de las mismas y de cambio en los modos de enfrentar la realidad de interpretarla y de reaccionar ante ella. El elemento a subrayar en esta definición es el colocar el centro de gravedad del control y del poder en la comunidad, no en el agente interventor, en el técnico, ni en organismos promotores de cualquier signo u origen (estatal, privado, religioso, político...).
El sujeto no puede ser visto ya como el sujeto pasivo de sus males, ni tampoco como el receptor inerte de la acción externa, que “ adas madrinas “ institucionales derraman sobre él. Se parte de la idea de que toda transformación debe serlo tanto en el ámbito social cuanto en el individual, y que las soluciones no serán tales sino involucran la participación de los individuos a los que van dirigidas. Es decir, que debe ser autogestión y no pura manifestación interna.
Fuentes de la Psicología Comunitaria
® Teorías de la Tensión Social o Stress Social
® Postulados provenientes de diversos paradigmas explicativos de la conducta de base neoconductista.
® El paradigma de la Desesperanza Aprendida.
® Explicaciones de origen neopsicoanalista
® Las teorías de la alienación usadas por algunos psicólogos de postulados marxistas.
En el fondo de estas explicaciones hay una noción común: la de control y poder sobre las consecuencias de los propios actos.
En síntesis, la fuente teórica es plural, por una parte toma de las teorías previamente establecidas y fundamentales en una cierta concepción de la sociedad, según la cuál basta mejorar lo existente, y por otra asume de otra concepción social, el marxismo, elementos para un cambio social más profundo.
Con este sustento teórico, la Psicología Comunitaria se presenta entonces como una vía de interacción, generadora de tecnología social, cuyo objetivo es lograr la autogestión para que los individuos produzcan y controlen los cambios en su ambiente inmediato. Actuando sobre los individuos, como agente de cambio, el psicólogo en la comunidad debe inducir la toma de conciencia, la identificación de problemas y necesidades, la elección de vías de acción, la toma de decisiones y con ellos el cambio en la relación individuo-ambiente, con la transformación de este último. Obteniendo la transformación de las expectativas en los individuos, así como el logro de las formas de control sobre las consecuencias de sus actos, se puede provocar un estado de alerta social, la conciencia de las propias potencialidades, así como de los derechos y de las inadecuaciones sociales. Tal tipo de acción comporta un proceso educativo-político que tiene como finalidad un cambio en los patrones de relación entre la población a la hora de enfrentar sus necesidades.
Principios fundamentales de la psicología Comunitaria.
® Se trata de una psicología apoyada en tres principios básicos:
® Autogestión de los sujetos.
® El centro de poder cae en la comunidad.
® La unión indispensable entre teoría y praxis.
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