Te
llenaste de rabia en los caminos estrechos y llenos de muchedumbre; te quedaste
sola en medio de la multitud; no deseaste responder las cartas que te envíe, solo corriste
despavorida por el temor infundado que
sembraste en tu alma.
Estuvimos
tan cerca y no dejaste que te besara. No querías vivir un momento mágico en las
llanuras de un volcán. Deseaste lidiar con la rutina y la incomprensión, lo que
es mucho mas fácil, pero mas doloroso que la confianza y el cariño que yo
siento por ti.
¿No querías correr otro riesgo, o es
que simplemente jamás te importé y todo lo que imaginé fue otra fantasía creada
por mi extraña personalidad?.
Veo todo lo contrario en tus grandes
ojos, que miran hacia el horizonte.
¿Por qué negarse a sentir la necesidad
de amar y ser amado?.
¿Por qué el miedo o el cansancio eterno
no deja que respires el aroma a dicha?, ¿que provoca sacar afuera todo eso que
en la soledad haces realidad, cerrando tus ojos y abriendo una puerta?. Esa
puerta por las mañanas clausuras con una enorme cadena, pero, por que aún no
cierras el candado de ésta.
Deseas estar sola, sola en medio de la
multitud; sola en medio de los grandes bloques de cemento que no te permiten
ver el sol; sola en la galería de un partido que ya acabó; sola en la playa a
la que no llega el sol durante años; sola en un bosque llenos de animales
venenosos que están en busca de tu sangre; sola en la iglesia en busca de
ángeles que merodean a kilómetros de ese lugar; sola en la fría noche, sin
prender un fuego que calme tu frío.
La palabra está, el gesto existe, la
música en algún rincón todavía la logro escuchar, y las velas por algún tiempo
seguirán encendidas...
Espero que logres divisarlas.
(2001)
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