Mario Benedetti
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
miércoles, 26 de octubre de 2011
domingo, 23 de octubre de 2011
Poema de amor
Poema de amor
Este poema de amor es para ti. Para tus ojos,
para tu carne abierta en la añoranza. Y a tus labios
van dirigidos los versos que hoy te escribo.
Lejana y ya difusa. Como el beso de un niño que recuerda
los días del colegio, el pan de la merienda y el pecado
primero de saberse distinto y misterioso.
Son para ti estos versos y estas líneas. Sin saber todavía
si en tu pecho sigue latiendo el mismo sobresalto,
la misma sensación de tener mil alas en los dedos.
Para ti, para tu cuerpo mecido por mi canto,
para que nunca digas: ¿cómo eran sus besos y su boca?
¿Era el amor cuando entraba rompiéndose en mi carne ?
Y era el amor. Sí. Era. Porque entonces estabas en la calle,
viviendo por jardines, a mi lado, acariciando
y abriendo mi costado con tus labios y tu risa.
Pedacito de azul, lástima mía, sudor, saliva de mi boca,
nada puede salvarnos de la noche, de los dioses del frío,
de la amarga certeza de sabernos estrellas apagadas.
Sin embargo, en este instante pleno en que te escribo,
el mundo se contiene, tierno y mínimo, en tus manos amadas,
en el hueco bendito donde bebo tu nombre que no olvido.
Este poema de amor es para ti. Para tus ojos,
para tu carne abierta en la añoranza. Y a tus labios
van dirigidos los versos que hoy te escribo.
Lejana y ya difusa. Como el beso de un niño que recuerda
los días del colegio, el pan de la merienda y el pecado
primero de saberse distinto y misterioso.
Son para ti estos versos y estas líneas. Sin saber todavía
si en tu pecho sigue latiendo el mismo sobresalto,
la misma sensación de tener mil alas en los dedos.
Para ti, para tu cuerpo mecido por mi canto,
para que nunca digas: ¿cómo eran sus besos y su boca?
¿Era el amor cuando entraba rompiéndose en mi carne ?
Y era el amor. Sí. Era. Porque entonces estabas en la calle,
viviendo por jardines, a mi lado, acariciando
y abriendo mi costado con tus labios y tu risa.
Pedacito de azul, lástima mía, sudor, saliva de mi boca,
nada puede salvarnos de la noche, de los dioses del frío,
de la amarga certeza de sabernos estrellas apagadas.
Sin embargo, en este instante pleno en que te escribo,
el mundo se contiene, tierno y mínimo, en tus manos amadas,
en el hueco bendito donde bebo tu nombre que no olvido.
sábado, 22 de octubre de 2011
Definición del arte
Eduardo Galeano.
Portinari no está - decía Portinari. Por un instante aso-
maba la naríz, daba un portazo y desaparecía.
Eran los años treinta, años de cacería de rojos en Bra-
sil, y Portinari se había exiliado en Montevideo.
Iván Kmaid no era de esos años, ni de ese lugar; pero
mucho después, el se asomó por los agugeritos de la
cortina del tiempo y me contó lo que vio:
Cándido Portinari pintaba de la mañana a la noche, y
de noche también.
- Portinari no está - decía.
En aquel entonces, los intelectuales comunistas del
Uruguay iban a tomar posición ante el realismo socialis-
ta y pedían la opinión del prestigioso camarada.
- Sabemos que usted no está, maestro - le dijeron, y le
suplicaron:
- Pero, ¿no nos permitiría un momento? Un momentito.
Y le plantearon el asunto.
- Yo no sé - dijo Portinari.
y dijo:
- Lo único que yo sé, es esto: el arte es arte o es mier-
da.
Portinari no está - decía Portinari. Por un instante aso-
maba la naríz, daba un portazo y desaparecía.
Eran los años treinta, años de cacería de rojos en Bra-
sil, y Portinari se había exiliado en Montevideo.
Iván Kmaid no era de esos años, ni de ese lugar; pero
mucho después, el se asomó por los agugeritos de la
cortina del tiempo y me contó lo que vio:
Cándido Portinari pintaba de la mañana a la noche, y
de noche también.
- Portinari no está - decía.
En aquel entonces, los intelectuales comunistas del
Uruguay iban a tomar posición ante el realismo socialis-
ta y pedían la opinión del prestigioso camarada.
- Sabemos que usted no está, maestro - le dijeron, y le
suplicaron:
- Pero, ¿no nos permitiría un momento? Un momentito.
Y le plantearon el asunto.
- Yo no sé - dijo Portinari.
y dijo:
- Lo único que yo sé, es esto: el arte es arte o es mier-
da.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Desnuda
Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua
cuando entre sus paredes me sumerjo.
Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como a un niño perdido
que en ti dejara quieta su edad y sus preguntas.
Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que se nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a la sombras los deseos me ladran.
Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.
El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.
El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua
cuando entre sus paredes me sumerjo.
Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como a un niño perdido
que en ti dejara quieta su edad y sus preguntas.
Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que se nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a la sombras los deseos me ladran.
Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.
El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.
El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.
sábado, 15 de octubre de 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
Como tu
Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
lunes, 10 de octubre de 2011
A los locos no nos quedan bien los nombres.
A los locos no nos quedan bien los nombres.
Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mano en mano
con la alegría de las cosas simples.
Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!
Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.
Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?
Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos…
Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mano en mano
con la alegría de las cosas simples.
Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!
Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.
Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?
Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos…
sábado, 8 de octubre de 2011
Sueños sencillos
Sueños sencillos
Un hombre cansado que sube de un bar, ese soy yo,
cartel de cerrado, en el paraíso el corazón
me pide una tregua, la luz de reserva se encendió,
tu cuerpo es la fiesta a la que nadie me invitó.
Hoy me he preguntado lo que me diría el edredón,
¿qué fue de esa chica? Se apellidaba decepción...
Y yo me pregunto: ¿cómo se bajará el telón?
Como una historia que ni siquiera comenzó.
Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que un día tuvo todo y lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas cosas que se acaban.
Quinientas preguntas rotando por la habitación,
quinientas versiones sobre la misma discusión,
quinientos escotes que no me alivian el dolor,
quinientas respuestas, necesitaba y tuve dos.
Quinientas las veces en que no supe decir "no",
quinientas las noches malhumorado en el salón,
quinientos reproches forman la guerra entre tú y yo,
quinientas te dije que me mintieras por favor...
Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que un día tuvo todo y luego lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas cosas que se acaban,
que se acaban, que se acaban
Un hombre cansado que sube de un bar, ese soy yo,
cartel de cerrado, en el paraíso el corazón
me pide una tregua, la luz de reserva se encendió,
tu cuerpo es la fiesta a la que nadie me invitó.
Hoy me he preguntado lo que me diría el edredón,
¿qué fue de esa chica? Se apellidaba decepción...
Y yo me pregunto: ¿cómo se bajará el telón?
Como una historia que ni siquiera comenzó.
Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que un día tuvo todo y lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas cosas que se acaban.
Quinientas preguntas rotando por la habitación,
quinientas versiones sobre la misma discusión,
quinientos escotes que no me alivian el dolor,
quinientas respuestas, necesitaba y tuve dos.
Quinientas las veces en que no supe decir "no",
quinientas las noches malhumorado en el salón,
quinientos reproches forman la guerra entre tú y yo,
quinientas te dije que me mintieras por favor...
Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que un día tuvo todo y luego lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas cosas que se acaban,
que se acaban, que se acaban
miércoles, 5 de octubre de 2011
Cuerpos desnudos
Si la poesía brilla en tus ojos, por que no brilla en tu rutina
Si la rebelión habita en tu corazón, como es que no nace amor
Tener una inteligencia sublime no te hace no te hace superior
Nada es como tu, nadie es como yo, todos somos diferentes
Diferentes seres diferentes rostros
Solo un cuerpo, dos almas, tres habitaciones
Habitaciones vacías, corazones sollozantes
Almas desoladas
Historias para el futuro, anécdotas
Solo eso
Dos cuerpos desnudos que al vestirse se olvidaran para siempre de lo ocurrido.
Si la rebelión habita en tu corazón, como es que no nace amor
Tener una inteligencia sublime no te hace no te hace superior
Nada es como tu, nadie es como yo, todos somos diferentes
Diferentes seres diferentes rostros
Solo un cuerpo, dos almas, tres habitaciones
Habitaciones vacías, corazones sollozantes
Almas desoladas
Historias para el futuro, anécdotas
Solo eso
Dos cuerpos desnudos que al vestirse se olvidaran para siempre de lo ocurrido.
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