La rutina mata la felicidad. Aunque hay hermosas rutinas que te alegran el día. Como la rutina de ver a quien amas o la rutina de tu perro que hace todos los días lo mismo pero a uno le parece genial.
Las rutinas que matan, quizás, son las tediosas. La rutina del trabajo, de las noticias de la TV. De las conversaciones sin sentido, de las reuniones sin fin.
En la rutina algo muere en uno. Quizás muere la pasión o la sorpresa o ambas.
También despierta una cierta seguridad a que ese momento va a estar por siempre, aunque no necesariamente sea así.
Tenía rutinas hermosas que he dejado. La rutina de escribir, la rutina de ir al estadio los domingos o las rutinas de la reunión de los días lunes.
Y adquirí nuevas rutinas, la de reír todos los jueves y sábados, pero siempre hay caras nuevas. Lo que no lo hace tan rutinario.
Rutina es una palabra que fastidia, pero que en momentos se convierte en hermosas rutinas.
Alex
Las rutinas que matan, quizás, son las tediosas. La rutina del trabajo, de las noticias de la TV. De las conversaciones sin sentido, de las reuniones sin fin.
En la rutina algo muere en uno. Quizás muere la pasión o la sorpresa o ambas.
También despierta una cierta seguridad a que ese momento va a estar por siempre, aunque no necesariamente sea así.
Tenía rutinas hermosas que he dejado. La rutina de escribir, la rutina de ir al estadio los domingos o las rutinas de la reunión de los días lunes.
Y adquirí nuevas rutinas, la de reír todos los jueves y sábados, pero siempre hay caras nuevas. Lo que no lo hace tan rutinario.
Rutina es una palabra que fastidia, pero que en momentos se convierte en hermosas rutinas.
Alex
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