jueves, 28 de noviembre de 2019
miércoles, 20 de noviembre de 2019
El tratamiento integral, multimodal y multiprofesional de la FMP.
Jorge
Barudy (1998) contempla los siguientes factores para establecer un Pronóstico en
casos de maltrato:
- Conciencia del problema
- Motivación para el cambio en los padres
- Grado de cronicidad de la problemática familiar
- Nivel de incapacidad de los padres: retraso mental, transtornos psiquiátricos, alcoholismo, toxicomanía
- Grado de violencia intrafamiliar
- Existencia de un vínculo afectivo padres-hijos
- Tipo de maltrato (abusos sexuales, maltrato psíquico, abandono, maltrato físico)
- Gravedad del daño inflingido al niño
- Problemas presentados por el niño (Sindrome de Adaptación: conductas antisociales y/o delectivas, etc.)
Teniendo en cuenta estos criterios, las situaciones de maltrato producidas en un sistema familiar multiproblemático presentarán un pronóstico, en el mejor de los casos, incierto. La intervención terapéutica con la familia, integrada en el marco de un trabajo más amplio con la red comunitaria, deberá dirigirse a mejorar estos factores pronósticos con dos objetivos básicos:
a) garantizar la integridad evolutiva de los menores y
b) preservar la integridad del Sistema Familiar.
Los tratamientos deberán ser intensivos, multimodales, integrales y multiprofesionales, huyendo de la falacia de la "terapia milagro" (sea del modelo teórico que sea) y teniendo en cuenta que deberán abordarse paralelamente dos aspectos básicos:
- El contexto micro y macrosistémico de la familia multiproblemática donde "la violencia familiar y, concretamente, los malos tratos a los niños son el resultado de un modo de vida que da lugar a una fenomenología característica" (Barudy)
- Las consecuencias traumáticas y el impacto cognitivo, emocional, conductual y social que dicho contexto relacional provoca en sus protagonistas (padres e hijos).
Desde la perspectiva de la complejidad, la intervención en casos de FMP deberá contemplar necesariamente un amplio abanico de recursos de tipo terapéutico, educativo, social y jurídico:
- terapia o abordaje de Redes Sociales de Apoyo
- terapias familiares de tipo genérico y específicas de "reparación" para casos de abuso y maltrato
- terapias individuales (para padres y para hijos), específicas para agresores y víctimas
- terapias grupales (para padres y para hijos) específicas y diferentes para abusos sexuales, malostratos físicos y negligencia
- grupos psicoeducativos de habilidades sociales para padres, niños y adolescentes educadores familiares a domicilio para casos de negligencia emocional y física
- apoyo psicopedagógico
- tratamiento de alcoholismo y drogas
- educadores de calle y recursos de tiempo libre
- unidades de respiro o centros de día (o de noche)
- acogimientos familiares y residenciales temporales
- talleres de integración laboral
- módulos educativos o pre-laborales alternativos a los institutos para niños entre 13 y 15 años
- apoyos sociales: economía, vivienda, escolarización, salud, etc.
Una de los principales rasgos de la FMP es la transmisión transgeneracional de los patrones de violencia y maltrato relacional. En este sentido, habrá que contemplar intervenciones a medio y largo plazo (entre 2 y 4 años como mínimo) con el objetivo de que el subsistema filial, con la aportación de modelos de referencia e identificación alternativos a los padres (terapeutas, educadores, trabajadores sociales, etc.), pueda romper la transgeneracionalidad. Las investigaciones de los últimos años sobre las dinámicas del maltrato, la negligencia y el abuso y sus gravísimas consecuencias (a corto, medio y largo plazo), aconsejan acotar los tiempos de intervención y aumentar la intensidad y la frecuencia del trabajo terapéutico en aquellas familias con hijos menores de 8 o 10 años.
El planteamiento de la intervención terapéutica y psicosocial con las familias dentro de un metacontexto de Control y un marco jurídico de Protección de la Infancia, ofrece la posibilidad de promover "Contratos de Protección" con las familias que permiten la implementación de medidas "condicionales" escalonadas y progresivas según la gravedad de cada caso:
- desde la simple apertura de "diligencias", a la declaración jurídica de "riesgo" con mantenimiento de los menores en el hogar o con la "guarda" temporal y breve de estos en familia extensa o en Hogar infantil;
- desde la retirada de "tutela", al acogimiento preadoptivo o a la adopción misma.
El uso "estratégico" de las diferentes medidas jurídicas, integradas en un Plan de Caso global, puede contribuir a aumentar la eficacia y la eficiencia de los tratamientos.
Desde el punto de vista del trabajo específicamente clínico y terapéutico con la familia, resulta ciertamente imprescindible una especialización en el campo del maltrato, la violencia y el abuso. Las intervenciones con toda la familia nuclear, no serán en absoluto las más frecuentes; en general, habrá que trabajar con los diferentes subsistemas (padres, hijos, abuelos), con las díadas (madre-hijo, padre-hijo) y con los individuos. En los momentos en que se producen separaciones temporales de alguno de los hijos y su acogimiento en la familia extensa (abuelos o tios) o en otra familia o en un centro residencia, habrá que incorporar al contexto terapéutico a los responsables de dicho acogimiento (educadores o miembros de la familia de acogida).
Jorge Barudy contempla la intervención terapéutica a tres niveles diferentes:
- El Trabajo Individual Sistémico con padres e hijos
- La Terapia de la Familia, que incluye: El trabajo de diferenciación de los diferentes subsistemas familiares, La reconstrucción relacional, Los rituales de exoneración y reparación a las víctimas por parte de los "agresores" (activos y pasivos)
- El Trabajo Terapéutico Institucional, con los profesionales directamente involucrados en el cuidado de los nños y los padres.
- Conciencia del problema
- Motivación para el cambio en los padres
- Grado de cronicidad de la problemática familiar
- Nivel de incapacidad de los padres: retraso mental, transtornos psiquiátricos, alcoholismo, toxicomanía
- Grado de violencia intrafamiliar
- Existencia de un vínculo afectivo padres-hijos
- Tipo de maltrato (abusos sexuales, maltrato psíquico, abandono, maltrato físico)
- Gravedad del daño inflingido al niño
- Problemas presentados por el niño (Sindrome de Adaptación: conductas antisociales y/o delectivas, etc.)
Teniendo en cuenta estos criterios, las situaciones de maltrato producidas en un sistema familiar multiproblemático presentarán un pronóstico, en el mejor de los casos, incierto. La intervención terapéutica con la familia, integrada en el marco de un trabajo más amplio con la red comunitaria, deberá dirigirse a mejorar estos factores pronósticos con dos objetivos básicos:
a) garantizar la integridad evolutiva de los menores y
b) preservar la integridad del Sistema Familiar.
Los tratamientos deberán ser intensivos, multimodales, integrales y multiprofesionales, huyendo de la falacia de la "terapia milagro" (sea del modelo teórico que sea) y teniendo en cuenta que deberán abordarse paralelamente dos aspectos básicos:
- El contexto micro y macrosistémico de la familia multiproblemática donde "la violencia familiar y, concretamente, los malos tratos a los niños son el resultado de un modo de vida que da lugar a una fenomenología característica" (Barudy)
- Las consecuencias traumáticas y el impacto cognitivo, emocional, conductual y social que dicho contexto relacional provoca en sus protagonistas (padres e hijos).
Desde la perspectiva de la complejidad, la intervención en casos de FMP deberá contemplar necesariamente un amplio abanico de recursos de tipo terapéutico, educativo, social y jurídico:
- terapia o abordaje de Redes Sociales de Apoyo
- terapias familiares de tipo genérico y específicas de "reparación" para casos de abuso y maltrato
- terapias individuales (para padres y para hijos), específicas para agresores y víctimas
- terapias grupales (para padres y para hijos) específicas y diferentes para abusos sexuales, malostratos físicos y negligencia
- grupos psicoeducativos de habilidades sociales para padres, niños y adolescentes educadores familiares a domicilio para casos de negligencia emocional y física
- apoyo psicopedagógico
- tratamiento de alcoholismo y drogas
- educadores de calle y recursos de tiempo libre
- unidades de respiro o centros de día (o de noche)
- acogimientos familiares y residenciales temporales
- talleres de integración laboral
- módulos educativos o pre-laborales alternativos a los institutos para niños entre 13 y 15 años
- apoyos sociales: economía, vivienda, escolarización, salud, etc.
Una de los principales rasgos de la FMP es la transmisión transgeneracional de los patrones de violencia y maltrato relacional. En este sentido, habrá que contemplar intervenciones a medio y largo plazo (entre 2 y 4 años como mínimo) con el objetivo de que el subsistema filial, con la aportación de modelos de referencia e identificación alternativos a los padres (terapeutas, educadores, trabajadores sociales, etc.), pueda romper la transgeneracionalidad. Las investigaciones de los últimos años sobre las dinámicas del maltrato, la negligencia y el abuso y sus gravísimas consecuencias (a corto, medio y largo plazo), aconsejan acotar los tiempos de intervención y aumentar la intensidad y la frecuencia del trabajo terapéutico en aquellas familias con hijos menores de 8 o 10 años.
El planteamiento de la intervención terapéutica y psicosocial con las familias dentro de un metacontexto de Control y un marco jurídico de Protección de la Infancia, ofrece la posibilidad de promover "Contratos de Protección" con las familias que permiten la implementación de medidas "condicionales" escalonadas y progresivas según la gravedad de cada caso:
- desde la simple apertura de "diligencias", a la declaración jurídica de "riesgo" con mantenimiento de los menores en el hogar o con la "guarda" temporal y breve de estos en familia extensa o en Hogar infantil;
- desde la retirada de "tutela", al acogimiento preadoptivo o a la adopción misma.
El uso "estratégico" de las diferentes medidas jurídicas, integradas en un Plan de Caso global, puede contribuir a aumentar la eficacia y la eficiencia de los tratamientos.
Desde el punto de vista del trabajo específicamente clínico y terapéutico con la familia, resulta ciertamente imprescindible una especialización en el campo del maltrato, la violencia y el abuso. Las intervenciones con toda la familia nuclear, no serán en absoluto las más frecuentes; en general, habrá que trabajar con los diferentes subsistemas (padres, hijos, abuelos), con las díadas (madre-hijo, padre-hijo) y con los individuos. En los momentos en que se producen separaciones temporales de alguno de los hijos y su acogimiento en la familia extensa (abuelos o tios) o en otra familia o en un centro residencia, habrá que incorporar al contexto terapéutico a los responsables de dicho acogimiento (educadores o miembros de la familia de acogida).
Jorge Barudy contempla la intervención terapéutica a tres niveles diferentes:
- El Trabajo Individual Sistémico con padres e hijos
- La Terapia de la Familia, que incluye: El trabajo de diferenciación de los diferentes subsistemas familiares, La reconstrucción relacional, Los rituales de exoneración y reparación a las víctimas por parte de los "agresores" (activos y pasivos)
- El Trabajo Terapéutico Institucional, con los profesionales directamente involucrados en el cuidado de los nños y los padres.
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