La risa como expresión conductual ha sido estudiada desde hace varios siglos. En
el siglo XIX, el filósofo, psicólogo y sociólogo británico Herbert Spencer, fundador de la
filosofía evolucionista y uno de los estudiosos de la risa como catarsis personal y social, ya
había consignado en su libro Ética de las prisiones un capítulo titulado “Filosofía de la risa”.
El investigador británico había dedicado importantes esfuerzos a estudiar sistemáticamente
la risa y sus manifestaciones conductuales. Spencer es uno de los primeros en describir
prolijamente y con interés científico positivista el acto de reír. Para este científico
multidisciplinar, el acto de reír se describe como una contracción ligera de los músculos
con un pliegue de los ángulos exteriores de los ojos que pueden juntarse con un movimiento
apenas perceptible de los músculos que alargan la boca, implica existencia de una onda débil
de sentimiento agradable, debida quizá a un pensamiento pasajero. Que aumente el placer, la
sonrisa se dibuja, y si continua creciendo, la boca se entreabre, los músculos de la laringe y
de las cuerdas vocales se contraen y al entrar en acción los músculos relativamente extensos
que rigen la respiración, aparece la risa. Si la excitación llega a ser todavía mas fuerte en
los efectos de la descarga nerviosa que se desprende, se seguirá el mismo orden general; los
movimientos de la cabeza y los de las manos, que se ejecutan fácilmente, vienen antes que los
de las piernas y el tronco, que exigen más fuerza. De suerte que la intensidad del sentimiento
agradable, sin consideración de su naturaleza, se encuentra indicado no solamente por la
cantidad de contracción muscular, sino también por su distribución (Spencer,1890).
En esos tiempos de estudios iniciales de la conducta, Spencer relaciona en la
descripción, con nombre propio, dos conductas observables en el acto conductual del reír: la
risa y la sonrisa. Los estudios empíricos de Spencer llevaron posteriormente a investigadores
de la risa a clasificar el reír como una serie de expresiones conductuales con distintas
intensidades, duración y tono, que varían desde la sonrisa, la risita nerviosa, la carcajada, la
risotada, el cascabeleo, y el hipido.
Las investigaciones contemporáneas en torno a la risa y la sonrisa continúan
describiendo y estudiando la risa desde la perspectiva conductual y se esfuerzan por
entender si risa y sonrisa son cualitativa y cuantitativamente diferentes (Ruch, 2009). Para
metacomprender las diferencias investigan estas dos manifestaciones conductuales en
términos de frecuencia, intensidad, tiempo y asimetría de las distintas expresiones del rostro.
La actual tecnología en el esudio de la risa conductual –FACS (facial actions coding system,
por su denominación en inglés)– ha ayudado a establecer 44 actividades faciales básicas en
torno a la risa y la sonrisa de acuerdo con la posición y movimientos registrados en el rostro
(Ruch, 2009: 24). Estas manifestaciones conductuales las entendemos aquí como el amplio
PSICOGÉNESIS
DE LA RISA
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CAV
catálogo del reír, muy distinta a la risa simbólica o geliá –neotérmino propuesto para la
denominación de la risa simbolica, que se apoya en la raíz griega gelos `risa´.
Es importante subrayar en el texto de Spencer los términos “sentimiento agradable”,
“pensamiento pasajero”, “aumente el placer”, “excitación”, “descarga nerviosa”, “intensidad
del sentimiento”, “la intensidad del sentimiento agradable sin consideración de su naturaleza”,
porque éstos traslucen que las conductas observables del reír, prolija y acertadamente descritas
por él, están asociadas a fenómenos “invisibles” que solo pueden ser entendibles como risa
simbólica en su condición compleja. Los términos señalan fenómenos no conductuales que
evidencian otros factores (biológicos, neurológicos, psicológicos y culturales) ajenos a la
exclusiva expresión conductual. Todas las expresiones conductuales del reír manifiestas
en el individuo tienen relación con otros ámbitos que iremos examinando a medida que
avancemos en el análisis, la construcción, y la constatación del marco conceptual inicial. Por
el momento, valga establecer estas apreciaciones iniciales.