Te
sientas imponente en tu sucio pupitre, aceptando la irresponsabilidad que
(según tu) te otorgó Dios, para contarnos toda nuestra irrealidad antepasada.
Por arte de magia te paras majestuosamente frente a todos.
Nos infundes miedo con una falsa mirada de tirano, hasta
que empiezas el aburrido sermón, el que has repetido como loro y sin cuestionártelo por más de
treinta años.
Cargas una mochila de caballerosidad, arreglas tu barba
con tu mano derecha y sonríes irónicamente por el ahuecado discurso. El que
reiteras como big-bang, en los instantes precisos y en los minutos eternos.
Aléjate de mi y de mis amigos, castrador de cerebros.
Háblanos de nuestras esperanzas y
nuestros gritos. ¿No te das cuenta que tu mal discurso apesta?. Apesta tanto
como tú, y lo sabes... Sabes que esas armas que estas preparando, irán en
contra nuestra, pero lo aceptas y te haces cómplice... por eso apestas
miserable funcionario.
¡Cambia tu disco!. Quiero música alegre, con la que todos
podamos danzar y terminar riendo. Quiero usar mi propia ropa, quiero decir
claramente lo que pienso de tu teoría, quiero enterrar el discurso envenenado y
acabar con nuestra parsimonia.
¿Que diría Demóstenes, si te escuchara a ti, falso
predicador de frases hechas y referentes sin cuestionamientos?. Seguramente se
reiría de ti, tal y como yo lo hago.
Odiado personaje de mala historieta, hazme un favor y
¡cállate! Para siempre, para poder escuchar a personas como nosotros, porque
nosotros si somos héroes, somos héroes al
soportar tu presencia dos veces a la semana.
Miserable personaje dibujado en una pizarra, infundes temor. Pero yo no
te creo y ¿sabes algo? desde este minuto no te hago caso nunca más y empiezo a
averiguar por mi propia cuenta los verdaderos personajes de la historia, en la
que seguro tú estarás entre los villanos más odiados.http://www.bubok.es/libros/223478/Cuentos-para-reir-pensar-y-amar