martes, 14 de septiembre de 2010

Todo el mundo esta finjiendo

En todo el mundo, lo que denominamos enseñanzas, civilización, cultura, ha amortiguado el amor completamente. Y esto ha sucedido en nombre del amor. Dicen: «Si amas a alguien, no te enfades; tu amor es falso si te enfadas. Así que no te pelees, así que no odies.» Parece lógico. Si estás enamorado, ¿cómo vas a odiar? De modo que cortamos totalmente la parte de odio. Pero con la parte de odio cortada, el amor se vuelve impotente. Es como si le hubieras cortado una pierna a un hombre y luego le dijeras: «¡Ahora muévete! Eres libre para correr.» Pero le has cortado una pierna, así que no se puede mover.

El odio y el amor son dos polos de un solo fenómeno. Si cortas el odio, el amor estará muerto e impotente. Es por eso por lo que toda familia se ha vuelto impotente. Y entonces te da miedo soltarte. Cuando estás enamorado no puedes soltarte completamente porque tienes miedo. Si te sueltas completamente, puede que la ira, la violencia, el odio que está oculto y reprimido, salga. Así que tienes que empujarlo hacia abajo continuamente. En lo más íntimo de ti tienes que luchar contra ello continuamente. Y al luchar contra ello no puedes ser natural y espontáneo. Entonces posas como que estás amando. Finges, y todo el mundo lo sabe: tu esposa sabe que estás fingiendo, y tú sabes que tu esposa está fingiendo. Todo el mundo está fingiendo. Entonces toda la vida se vuelve falsa.

Sé un hombre auténtico o una mujer auténtica. No permitas ninguna falsedad, no finjas. Sé real y sufre la realidad. El sufrimiento es bueno. El sufrimiento es en realidad un adiestramiento, una disciplina. ¡Súfrelo! Sufre la ira y sufre el amor y sufre el odio. No finjas; no intentes mostrar que amas. Si estás enfadado, entonces, di que estás enfadado, y estate enfadado.

Habrá mucho sufrimiento, pero vívelo. Por medio de ese sufrimiento nace una nueva consciencia. Te das cuenta de todo el desatino del odio y el amor. Odias a esa persona y también amas a la misma persona, y sigues moviéndote en círculo. Ese círculo se volverá claro como el agua para ti, y sólo se vuelve claro como el agua mediante el sufrimiento. No te escapes del sufrimiento. Necesitas un sufrimiento real. Es como el fuego: te quemará. Todo lo que es falso se quemará y quedará todo lo que es real. Esto es lo que los existencialistas llaman «autenticidad». Sé auténtico, y entonces ya no puedes estar en la mente. Sé no-auténtico, y estarás durante vidas y vidas en la mente.
Osho

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La risa desde la nada

El martes 7 de septiembre se dio inicio al Taller de risoterapia en el centro comunitario Purísima 260.

Hubo una muy buena asistencia. Se creo un grupo rico y dispuesto a jugar y a reír.

Fue una hora de risas, una hora en la que con nuestros ropajes de adultos volvimos a ser niños por un rato.

Las miradas de las personas se fueron muy luminosas, había rostros de cansancio y alegría.

Uno de los objetivos de este taller es crear un espacio en el que nos podamos reir sin limites, que nos podamos reír de nada, sin prejuicios, sin importar quienes somos, como nos llamamos, de donde venimos, cual es nuestra profesión, que la risa surja desde el silencio, desde la nada.

Para que esto ocurra la participación de las personas es fundamental. Sin ella no seria posible.

Espero siga asistiendo mucha gente y que este espacio crezca cada semana mas y mas, no entraremos en teorías, que la risa haga lo suyo desde la acción no desde las palabras.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Las palabras no tienen sentido

La filosofía es enemiga de la verdad, y me refiero a toda filosofía, la mía incluida, porque la filosofía crea una cortina de palabras que no te deja ver la realidad como es. Distorsiona la realidad, la interpreta, la adorna, la esconde, la oculta. La verdad está desnuda, la verdad está en todas partes, la verdad está adentro y afuera, y las únicas barreras son las palabras, las teorías, las teologías que has aprendido. Ellas no te permiten ver lo que es, se cruzan en el medio; son los prejuicios. Toda filosofía es prejuicio y todos los conceptos desunen. Ningún concepto une; son unos obstáculos.

Tarde o temprano, el que indaga verdaderamente llega a aquel gran momento de comprensión en el que se siente harto, cansado de toda la tontería que sigue produciéndose con el nombre de pensamiento. La palabra Dios, no es Dios. ¿por cuánto tiempo puedes seguir jugando con la palabra? La palabra alimento no es alimento. ¿Por cuánto tiempo puedes seguir manteniendo la palabra alimento y continuar con hambre? Tarde o temprano te darás cuenta de que lo que mantienes es una palabra únicamente; ella no te puede nutrir, no te puede dar vida, no te puede dar paz. No te puede dar cosa alguna. Por supuesto, lo promete todo; por eso la filosofía se vuelve tan importante, debido a sus promesas. Pero todas esas promesas están vacías, nunca se cumplen. La filosofía nunca ha ayudado a captar la verdad.

Este gran momento de comprensión ha llegado a Tzu Kung. Él era el discípulo más cercano a Confucio. Tzu Kung estaba harto de sus estudios... Mirar es una cosa, estudiar es algo diametralmente opuesto. Si yo te digo: “Ve y mira las rosas del jardín”, y tú en vez de ir al jardín vas a la biblioteca y estudias las rosas, eso es estudiar. Es algo que da vueltas sobre lo mismo una y otra vez; nunca toca el punto verdadero.

Ya basta de palabras, de teorías, de dogmas, de doctrinas. Considero que éste es un gran momento en la vida de un buscador. Todo el mundo tiene que pasar por las palabras, porque se nos ha preparado para las palabras. Todo el mundo tiene que pasar por las teorías. Se nos han dado teorías desde nuestra infancia. Hemos sido criados de acuerdo con los prejuicios, las doctrinas, las iglesias, las escuelas. Así que, cuando comienza a preguntar: “¿Qué es la verdad?”, tu mente empieza a suministrar palabras; ella conoce las respuestas. Todas esas respuestas son falsas, todas esas respuestas son prestadas, pero la mente te da hermosas respuestas que te satisfacen por un tiempo, y si tu búsqueda no es grande, puede que te satisfagan para siempre. Sólo un gran buscador comprende que las palabras no tienen sentido.

Osho